Vecinos de la Noria: Fumadores de marihuana frecuentan el parque de los Filósofos
Parque de los Filósofos, fotografía tomada a las 9:00 pm (Foto Angela Villanueva).
Moradores
de la urbanización La Noria expresaron su preocupación por la presencia de
jóvenes consumidores de marihuana, quienes se reúnen en el parque Los Filósofos
ubicado a dos cuadras de la comisaría.
Pedro
González Gálvez (42) vecino desde hace 30 años, quien además posee un negocio
de alquiler de computadoras y vive frente al parque, declaró que la falta de
seguridad ciudadana sumada a la falta de patrullaje de los policías ha generado
que este tipo de actividades ilícitas se vuelvan constantes cada día. “Son
jóvenes, alrededor de 20 años a más, los que fuman por las noches abiertamente
a la vista y paciencia de las autoridades”.
“Cuando
pasas por el parque a partir de las 8:00 pm, el olor que desprende la quema de esa
sustancia es insoportable. Nosotros los vecinos, no llamamos a la policía por
miedo a represalias, porque incluso pueden ser jóvenes que viven cerca de aquí.
Lamentablemente se ha vuelto una práctica constante”, afirmó Nadia Campos (30),
otra moradora que vive al frente del parque.
Por otro lado, Víctor Cruz (29) menciona que no solo hombres son los que consumen aquella sustancia, sino, también, mujeres que vienen con sus parejas o en pequeños grupos de amigos.A pesar de que la actividad ilícita que realizan los facineroso en plena vía pública, no se ha generado ninguna iniciativa por las autoridades, como por ejemplo el servicio de patrullaje. En el Perú, según el art. 299 del Código Penal, "no es punible la posesión de droga para el propio e inmediato consumo", es decir, no es sancionable. En el caso de marihuana, la cantidad debe ser menor o igual a los ocho gramos.
La ley en el Perú
El argumento que avala el consumo personal, según la ley, es el reconocimiento de la libertad personal y el derecho de los individuos de disponer de bienes jurídicos de los que es titular. En este caso, su salud, integridad física y psicológica y como consecuencia, si uno desea suministrar drogas que pueden ser perjudiciales a su salud, es libre de hacerlo sin que afecte a terceros. Es la misma lógica que se utiliza para no sancionar la autolesión o el suicidio.
Esta libertad, sin embargo, ha sido
limitada por la ley al sancionar según la cantidad que se suministra en el acto.
Cuando la cantidad que uno posee es mayor a ocho gramos, la ley presume que ya
no está destinada al consumo personal, sino, a la micro comercialización. Si
sobrepasa los 100 gramos, se convierte en delito.
Por : Angela Villanueva Arrambide
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